sábado, 10 de abril de 2010

capitulos 1,2,3,4,5,6

Morirse de aburrimiento no era una opción para Charlotte se desplazó en su silla de oficina de tres ruedas aun lado del cubículo y luego al otro lanzo una mirada a su aparato con carga de resentimiento, Todos los teléfonos, y los cubículos, eran idénticos, sin posibilidad de marcar una llamada saliente. La chica nueva Matilda Miner que se sentaba justo en frente estaba parloteando y recibiendo centenares de llamadas mas. ¿La estaban monitorizando? Más bien se estarían burlando de ella, sí, eso era más probable, trató de mantener el rostro impasible,Si algo había aprendido era que su conducta importaba, sobre todo si la estaban observando. Empezó a repasar la lista de lo que se “suponía” debería ocurrir y no había ocurrido y no había ocurrido. Nada de puertas celestiales ni arpas. Sólo más trabajo que hacer. Uno a uno, sus compañeros fueron llamados e invitados a traspasar una anodina puerta de acero. Como en vida, Charlotte fue la última de todos.


Charlotte ya no quería empezar nada más, estaba dispuesta a parar. A dejar de aprender, de trabajar, de desear. Todo eso, una sala repleta de cubículos rectangulares y teléfonos, todos iguales.Todo era tan… anodino.
Había una mesa y un teléfono para cada uno de sus compañeros, y quedaba un puesto libre. Todos lo de Muertología estaban ya sentados,Markov arrancó con su charla. El tipo tenía más de sargento instructor que guía espiritual, era uno de esos tipos impacientes que no toleran con facilidad comentarios sarcásticos de sus subordinados.

Dar un mal consejo o prestar ayuda de forma inapropiada en el momento equivocado puede resultar mucho peor que no hacer nada. dijo Markov. Así que estamos aquí para perfeccionar nuestras habilidades agregó Buzzsaw Bud.

Y cuando lo consigamos, ¿podemos irnos? -preguntó Charlotte. Nada te obliga a quedarte dijo Markov con un tono de desaprobación te puedes ir cuando quieras, es decisión tuya.
Si por ella fuera, se habría ido en ese mismo instante.

Se abrió una puerta y un grupo de gente inundó la sala un regalo de graduación. Los ojos de cuantos la rodeaban se iluminaron con la alegría del reconocimiento.En la habitación, todos estaban ya emparejados con parientes, mentores e incluso
mascotas tiempo ha fallecidos. Aquellos conmovedores encuentros emocionaron a Charlotte,intrigada por ver quién le habría tocado a ella pensó en sus padres, por primera vez en mucho tiempo lo único que le contaron entonces fue que habían sido salido a celebrar su aniversario para no regresar jamás probablemente no los reconocería ni aun teniéndolos delante. Empezó a examinar la nariz de todo el mundo, por si alguna se parecía a la suya recordando que una profesora suya del colegio siempre decia "tiene tu nariz".


Todos abandonaron la sala con sus respectivos seres queridos, lo único con lo que Charlotte parecía haberse reunido de nuevo era con aquel viejo sentimiento de soledad.Sin nadie que la reclamase. Cuando la muchedumbre se hubo ido y la puerta se cerró tras la última pareja. Charlotte levantó la vista y vio a alguien en quien se había reparado antes: una chica que la miraba sentada desde el otro extremo de la habitación.Todo en ella destilaba autosuficiencia, todo salvo la simpática que le dedicó al cruzarse sus miradas. Hola -dijo la chica con entusiasmo, antes de que Charlotte pudiera preguntarle qué hacía allí--. Soy Matilde, pero puedes llamarme Maddy.
--Encantada de conocerte… Maddy -dijo Charlotte

Charlotte trataba de ver el lado positivo, pero no lo lograba. Siempre había ansiado hacerse mayor para dejar atrás una infancia marcada por la inseguridad y la soledad. Las puertas del ascensor se abrieron ante un vestíbulo circular alfombrado con una mohosa Charlotte se imaginó el olor a moho cuando dieron con su habitación, Maddy abrió la puerta muy despacio y accionó el interruptor de la luz. Era una habitación desnuda, de aspecto industrial, “acabada” con suelos de cemento y grandes ventanales, desprovista de mobiliario salvo por una mesa, dos sillas de tijera y dos camas, si es que aquello se les podía llamar camas. En realidad eran literas, unas literas de acero inoxidable empotradas a la pared. Ni que alguien fuera a querer llevárselas -dijo Charlotte. Charlotte sólo pudo concluir una cosa: fuera lo que fuese aquello, era todo menos una escalera al cielo.

Charlotte se paso la tarde mirando por la ventana y se fue a la cama después de otro día tan aburrido como los demás Mientras Maddy descansaba, Charlotte bajó flotando de la cama superior de la litera y fue a sentarse en una de las incómodas sillas colocadas junto al ventanal. Empezó a cuestionarse, cebándose en sus defectos, magnificándolos, como espinillas en un despiadado espejo cosmético. El sol matutino había irrumpido en la penumbra por primera vez desde que estaba allí, y Charlotte lo interpretó como una buena señal. Adiós a la agonía de decidir qué ponerse o cómo peinarse.

Charlotte no tenía demasiado claro a quiénes podía estar ella dejando tirados, si a sus compañeros de trabajo o a los que la llamaban por teléfono, sobre todo teniendo en cuenta que no parecía que ni unos ni otros estuviesen prestándole demasiada atención.
En Hawthorne High, la mejor amiga viva de Charlotte, Scarlet.
La vieja y requetevista cinta de vídeo empezó a correr, y el señor Coppola clavó los ojos en la pantalla, aguardando a verse a sí mismo.
entonces se dejaba llevar por la emoción, describiendo el modo en que Monty Hall había inclinado la cabeza en su dirección mientras subía los escalones hacia la mujer. Creyó, como seguramente lo hizo el resto de la audiencia, que Monty iba hacia él. Y durante esos escasos segundos pensó que él sería… el elegido.
Hatwthorne High, pero a Petula todavía le estaban haciendo pagar por su crimen con una repetición involuntaria de curso.
La perspectiva de empezar su escalada social otra vez desde abajo en alguna facultad no le resultaba nada atractiva. Lo cierto es que no era nadie fuera del instituto y lo sabía. Sus mejores amigas, las Wendys, alcanzando nuevas cotas de superficialidad, habían decidido repetir también, como si con su gesto homenajearan a Petula. Había perdido la final contra Gorey por los pelos, y aunque Damen no le había dado mayor importancia, Petula, siempre tan mezquina, estaba convencida de que él no podría soportar enterarse de que ella salía con Josh.

Estaba que echaba chispas, pero tener que volver a casa en el abollado y rayado trasto viejo de Scarlet, forrado de adhesivos de grupos de música y emisoras de radio y con una rueda de repuesto sin tapacubos, era casi insoportable. Encima, el coche era negro,el color que menos le gustaba.
Petula solía ponerse un pañuelo en la cabeza, gafas extragrandes y hasta peluca, en algunas ocasiones, para que nadie la reconociese cuando lo conducía. La expresión de Petula fue más que suficiente para indicarle a Josh que a ella no se la dejaba en un rincón con el resto de “ligues, Josh estaba más pendiente de lo que ocurría a su alrededor que de la conversación, sus ojos escudriñando la multitud por encima del hombro de Petula para comprobar si alguna de las otras chicas se había puesto celosa o si había alguien más interesante con la que enrollarse.

Charlotte salió de su cubículo en la plataforma, recorrió el pasillo hasta el puesto de Pam y se excusó por su salida de tono del día antes, pero Pam estaba habla que te habla con Dios sabe quién y despachó a Charlotte con un gesto de la mano.

Opinion: Bueno creo que el tener esperanza por algo nos ayuda mucho aunque Charlotte se sentia muy triste ya que todos sus compañeros contestaban llamadas menos ella, pero creo que aunque nos sintamos solos siempre ay personitas que nos recurdan por cualquier cosa... tal vez se podran tener demasiados "amigos" pero cuando nos pasa como a Charlotte que necesitamos de uno con quien llorar alguien a quien abrazar, de tantos que decimos tener con ninguno se puede conar, o si tal vez solo con uno, creo que tenemos que aprender a buscar bien a esas personitas para poderlas llamar amigos, no porque usemos la misma marca de ropa significa que es el gran amigo, no se debe sentir a la persona que este ai cuando mas se necesite, en las buenas y en las malas. Pienso que el amor es el mas grande y bonito sentimiento del hombre el enamorarse te lleva a vivir en un mundo a la vez tan real y a la vez tan imaginario, pero gozas tanto con la persona que tienes como pareja el que te apoye te diga te quiero, en alguien en quien confiar.... Y aunque aveces ay muchas personas a las que les desagradamos y creo que ay ocaciones en que aveces nos desean asta lo peor, creo que lo importante es desearles lo mejor en la vida y no maldecirlos y acer lo contrario cuando estos necesiten de nosotros ayudarlos darles la mano y no hacerles pensar que somos iguales a ellos o que pensamos de la misma manera es mejor ganarse a un amigo... y ayudar en lo que puedamos simpre ser humildes no importa el daño que an hecho algunas personas nunca es tarde para comenzar de nuevo....

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